Objetivos:
1. Que los(las) estudiantes conozcan concepto y perspectiva de la autonomía moral
2. Que vinculen el concepto de autonomía moral a la toma de decisiones en salud y la legislación chilena vigente respecto los derechos y deberes de las personas en relación a su atención en salud (Ley 20.584)
3. Que analicen desde la perspectiva enfermera una situación clínica simulada utilizando los insumos teóricos entregados durante la cátedra y el material bibliográfico de éste taller
Situación clínica simulada I:
Usted está a cargo de los cuidados de enfermería de Juana C. de 90 años con diagnóstico de enfermedad de Alzheimer avanzado quien hace dos días dejó de comer. La evaluación de la deglución por profesional de fonoaudiología determina que no se observan alteraciones neuromusculares, tampoco en la biomédica de la deglución. Sin embargo el deterioro cognitivo de Juana compromete su estado de alerta y así las funciones básicas como la deglución. En consecuencia con la anterior y para evitar cuadros de desnutrición y deshidratación, el fonoaudiólogo sugiere implementar alimentación por la vía alternativa (sonda nasoenteral), decisión respaldada por el médico tratante.
La familia solicita que se rectifique la indicación puesto que la paciente, en años anteriores cuando sus facultades aún se encontraban indemnes, redactó un documento en que solicitaba la no implementación de sondas u otras medidas que conllevaran a la prolongación de su vida.
1. El término autonomía se entiende como la capacidad de darse leyes a sí mismo. El sujeto autónomo por ende es capaz de tomar decisiones por sí solo, sin intervención ajena, sin presiones externas e incluso internas. La autonomía se opone a la heteronomía que se define como la voluntad no determinada por la razón del sujeto, sino por algo externo a ella.
La autonomía moral por su parte involucra la capacidad del ser humano de representarse a partir de sí mismo, su propio proyecto de vida, de visualizar los medios requeridos para su realización y de actuar consciente y voluntariamente para conseguir el logro de los objetivos personales sin dejarse restringir por factores externos, es decir, sin permitir la coacción.
2. El concepto anteriormente descrito tiene una estrecha relación con la toma de decisiones en salud, no hace mucho tiempo que en la medicina occidental se consideraba al enfermo no solo como una persona incompetente física, si no que también moral, además, el medico tomaba decisiones sin tomar en cuenta el pensamiento de la persona atendida, es así que por muchos años la relación entre medico y paciente era considerada como paternalista. Por consiguiente la relación entre enfermera-paciente ha sido considerada como maternalita. En este ultimo tiempo ha habido una ruptura paulatina de este modelo debido a cambios políticos, sociales y culturales, esta ruptura dio paso al modelo del consentimiento informado, junto con esto la asociación medica mundial de derechos de los pacientes establece los principales estatutos entre los cuales destaca el derecho a la autodeterminación y a tomar decisiones libremente con relación a su persona, derecho a recibir información respecto a procedimientos, sus beneficios, riesgos y propósitos etc. Conforme los derechos de los pacientes han evolucionado junto con la medicina en si, en estos momentos podemos decir que la autonomía moral va de la mano con la toma de decisiones de forma autónoma por parte de la persona atendida en los sistemas actuales de salud, siempre y cuando este se encuentre en todas sus facultades mentales que le permitan tomar una decisión acorde a su situación de salud.
Dentro de este contexto internacional, el 1 de Octubre del año 2012 entra en vigencia en Chile la ley N° 20.584, la cual establece los derechos y deberes de las personas en relación a las acciones vinculadas a su atención de salud. Esta iniciativa legal nace por la necesidad de resguardar principios básicos necesarios para la atención en salud, como es el principio de autonomía de las personas atendidas. En la ley se estipula que toda persona tiene derecho a decidir de manera libre e informada si acepta o no los tratamientos y atenciones en salud dispuesta por los profesionales y esta decisión debe ser respetada por los centros de salud. Es importante destacar que la persona atendida no sólo tiene derecho a decidir, sino también a recibir toda la información que requiera en cuanto a riesgos, beneficios, tratamientos, etc. para poder tomar una decisión de manera informada. Es en este punto donde como profesionales enfermeros tenemos una gran tarea, lograr entregar a las personas atendidas toda la información que requieran para que logren tomar un decisión sabiendo los riesgos y beneficios que ésta tendrá para su salud y de esta manera dando cumplimiento y por sobre todo respetando su autonomía, es decir, su derecho a libre decisión.
3. Frente a la situación presentada e independiente de la intervención médica que se desarrolle finalmente, el rol que nos compete como enfermeros/as en este caso sería el de educar a la familia, para que la elección terapéutica que se decida, sea tomada con consciencia de todos los riesgos, beneficios y alternativas que estén al alcance.
Si bien el proceso de firma del consentimiento informado corresponde a una actividad propia del médico, como lo rectifica el texto, normalmente son las enfermeras quienes se encargan de acercar la información al usuario dando la instancia de resolver las dudas o consultas respecto a términos técnicos o lenguaje desconocido para ellos, por lo tanto en este caso además de informar se debe comprobar que las personas hayan comprendido realmente lo que se les trata de transmitir y hacerles saber que sea cual sea su resolución tanto la persona atendida como ellos serán acompañados en el proceso.
Bibliografía obligatoria:
Bratz, J. (2013) Autonomía Moral: Toma de decisiones en salud. Apunte de Cátedra. Escuela de Enfermería, Universidad de Valparaíso.
Biblioteca del Congreso Nacional (2012): Ley 20.584 Derechos y deberes que tienen las personas en relación a acciones vinculadas a su atención de salud. Disponible [ En línea:] http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1039348
Simón, P. & Barrio, M. (2012) Los elementos fundamentales de consentimiento informado. En: Beca, J. & Astete, C. (2012) Bioética clínica (pp: 200 – 203). Editorial Mediterráneo, Santiago de Chile.
Bibliografía complementaria:
Simón, P. (2006) Diez mitos en torno al consentimiento informado. Anales del Sistema Sanitario de Navarra. Vol. 29, Suplemento 2 (pp: 29 – 40), España JB/Octubre 2013